El Consuelo de mi Suegra
Datte: 08/06/2019,
Catégories:
Inceste / Tabou
Mature,
Anal
Auteur: AkuSokuZan, Source: xHamster
... era un sueño imposible.
− ¡Uy qué torpe soy! - me decía intentando escribir una dirección en el teclado.
− ¿Quieres que te ayude?
− Sí, Víctor, por favor, es que tengo las uñas tan largas que no escribo bien en este teclado tan pequeño. - dijo girando su cara y su gran sonrisa que me deshacían.
Era cierto que tenía unas uñas muy largas y preciosas por cierto, pintadas de un rojo intenso, pero me sonaba más a disculpa que otra cosa, pues otras veces la había visto teclear en su portátil sin ningún tipo de complicación.
− Dime qué dirección escribo - le pregunté.
− www… - comenzó a darme una dirección url, pero yo no llegaba al teclado.
− Uf, no llego contigo encima, Mónica. - dije pasando mis brazos por sus costados sin poder ver nada y sin alcanzar a la mesa con mis dedos, aunque no me incomodaba tenerla encima ni tampoco su peso, para mí era tener el mejor premio sobre mis rodillas..
− Ah, sí, espera.
En ese instante Mónica levantó el culo y pensé por un instante que se iba a apartar, pero lejos de eso, se volvió a sentar salvo que esta vez imprevisiblemente lo hizo ubicando su redondo culo directamente sobre mi paquete, que ya estaba bastante abultado. Unió su espalda pegándola a mi pecho y mi erección creció irremediablemente. No había duda de que ella lo había notado, pues mi pantalón fino de verano y su vestido igualmente fino no dejaban nada a la imaginación, podía notar el calor de su entrepierna contra mi cada vez más erguido pene.
− ...
... Perdón - dije tímidamente al saber que ella notaba esa dureza incrustada contra su sexo.
− No te preocupes. ¿Peso mucho? - dijo quitándole importancia.
− No, Mónica. - respondí mientras ella pegaba su espalda más contra mi pecho y removía sus muslos para ubicar bien mi polla que ya estaba entre ellos rozando directamente su abultada vulva que me parecía sentir palpitar.
− Adelante, escribe… - añadió y lo hizo con un ronroneo que me pareció cargado de excitación.
No acertaba a escribir la dirección, pero esta vez no por no llegar, sino que no podía concentrarme al tener a aquella diosa sentada sobre mis piernas, más bien con su coño directamente sobre mi verga. Al fin acerté a escribirla y ella se giró ligeramente para que pudiera leer en la pantalla, pero lo que yo veía era su hermoso rostro y su adorable escote que tenía a apenas cinco centímetros de mi boca. Me agarré a su estrecha cintura y disfrute de ese contacto casi directo de su piel, tan solo separado por la tela del fino vestido.
− Buenas tardes, don Ernesto quiere que vayan a su despacho. - nos anunció la secretaria que hizo su aparición en la biblioteca de repente.
Yo me llevé un susto de muerte y no sabía dónde meterme, pero en cambio Mónica ni se inmutó permaneciendo allí sentada sobre mí, sabiendo que la discreción de la otra mujer estaba asegurada. Madre mía, lo tenía todo controlado y en cambio yo hecho un flan, que no mi polla, que no había bajado ni un ápice.
̶ Dígale que ahora vamos. - ...