El Consuelo de mi Suegra
Datte: 08/06/2019,
Catégories:
Inceste / Tabou
Mature,
Anal
Auteur: AkuSokuZan, Source: xHamster
... añadió Mónica a la mujer que abandonó la sala meneando la cabeza.
Después de un rato, esa impresionante belleza que tenía sobre mí, se fue levantando lentamente sin que yo pudiera soltar su cintura ni dejar de admirar su espalda, su pelo, su olor y toda la energía que había depositado en mi regazo. Precisamente cuando se hubo levantado hacia allí dirigió la mirada.
̶ Creo que deberías bajar eso, antes de ir a ver a mi esposo. - dijo entre risas y desapareció con sus movimientos felinos dejándome con aquella tremenda empalmada.
Ya no cabía ninguna duda de que ella había notado la erección y todo el tiempo se había hecho la tonta, pero su juego era más que premeditado, consiguiendo llevarme al límite. Tras unos segundos de indecisión allí sentado como un pasmarote, pensé que no era buena idea hacer esperar mucho tiempo a Ernesto y me metí en el baño mojándome la cara y la nuca consiguiendo que la erección no fuera tan evidente aunque sí lo era una mancha húmeda en mi entrepierna, puede que debido a mis fluidos o posiblemente a los de ella también.
Acudí al despacho del jefe totalmente acojonado. Conociendo a aquel hombre, seguro que sospechaba que su mujer y yo estábamos teniendo demasiados encuentros en la biblioteca y ese último contacto fue realmente el sumun. Puse la carpeta delante de mí para ocultar en lo posible la humedad que había en mi entrepierna y me dispuse a acudir al encuentro de mi jefe y su esposa.
Al llamar y asomar mi cabeza, la imagen que vi ...
... era más que increíble: Ernesto sentado en su sillón y su esplendorosa mujer subida sobre su regazo de espaldas a él, justo en la misma posición en la que yo me había encontrado segundos antes con ella frente al monitor, pero en esta ocasión moviendo las caderas rítmicamente de una forma lasciva y sonriéndome maliciosamente al mismo tiempo. Él se removía en su sillón y ella parecía menear su culito rozándose con lo que ese hombre debía tener a tope debajo. Estaba a punto de darme la vuelta cuando ella me habló sin levantarse de los muslos de su marido.
̶ Pasa, Víctor.
̶ Si, pasa, y siéntate - añadió él manteniendo las manos en la estrecha cintura de aquella increíble criatura.
̶ Gracias - respondí aturdido y no viendo precisamente en su cara el enfado, sino de un enorme placer que le estaba proporcionando su esposa subida sobre él.
Me acerqué a la silla que estaba frente a su mesa intentando ocultar en todo momento la mancha que tenía en mis pantalones, así como el crecimiento de mi miembro que volvió a despertar de su letargo sorprendido por tenerles allí enfrente con aquellos movimientos, una sobre el otro, mirándome como si nada. Una cosa era ir cogiendo confianza y otra bien distinta era que estuvieran de esa guisa frente a mí. Mónica me sonreía de forma perversa balanceando su cuerpo sobre el de Ernesto que de vez en cuando cerraba los ojos, disfrutando... Me imaginaba su situación y la comprendía pues minutos antes había estado yo en esa pose y aunque su mujer ...