1. El Consuelo de mi Suegra


    Datte: 08/06/2019, Catégories: Inceste / Tabou Mature, Anal Auteur: AkuSokuZan, Source: xHamster

    ... lo que ella quería hacer durar ese momento, pero lo cierto es que yo me sentía feliz de poder estar así, aguantando el monumental culo de mi suegra, para que alcanzara no sé qué libro, ni tampoco me importaba demasiado el título. Cuando por fin dio con él, mis manos no querían abandonar su trasero.
    
    − Ya lo tengo. Ayúdame a bajar- me dijo girándose sobre la silla.
    
    Le entregué mi mano, pero ella dudaba y me indicaba que así no podría bajar con esos taconazos tan inestables sobre la silla. Subí mis manos por sus caderas hasta llegar a su estrecha cintura. Al verse más segura, ella se dejó caer y agarré aquel cuerpazo con todas mis fuerzas. Yo creo que ella también quería hacer más largo ese momento o al menos eso me parecía, cuando apoyó sus tetas de nuevo en mi cara y fue bajando lentamente con su cuerpo completamente pegado al mío. Por fin estuvo a mi altura y su boca estaba a poquísimos centímetros de la mía. La hubiera besado en ese instante, ¡Estaba preciosa!
    
    − Estás fuerte - dijo acariciando mis brazos lentamente sin separar su cuerpo del mío.
    
    − ¿Has encontrado algo? - era la voz de su marido que hizo aparición de repente en la biblioteca en el peor momento para mí.
    
    Me separé como si esa mujer me hubiera quemado. No sé si él se percató, pero ella sí que se fijó en el bulto que mostraba mi pantalón. Rápidamente me tapé con el libro, muy apurado, disimulando mi erección.
    
    − “Prácticas enológicas”, buena elección, Víctor. - dijo Ernesto quitándome el libro ...
    ... de forma brusca de las manos.
    
    Por un momento, dudé sin saber qué responder, pues me imaginaba que ese hombre estaba enfadado conmigo, tras verme allí pegado literalmente al cuerpazo de su adorada señora. Pero ella, una vez más, sabía cómo manejar a su marido y me sacó del apuro.
    
    − Bueno cariño, dejémosle solo.
    
    A continuación ella se abrazó a la cintura de su esposo y llevándole con ella fueron abandonando aquella enorme sala. Esa mujer conseguía lo que quería de los hombres, en un abrir y cerrar de ojos, incluyendo a su marido. Yo no quité la vista de aquella diosa y su extraordinario culo, además de sus hipnotizantes andares. A última hora se volvió y me lanzó un guiño.
    
    Tengo que confesar que no pude concentrarme en absoluto en la lectura de aquel libro, pues solo recordaba los momentos vividos con la madrastra de mi chica.
    
    Tras media hora más o menos de lectura improductiva, cerré la biblioteca con la llave y me dispuse a devolvérsela al jefe. La secretaria ya se había marchado y llamé con los nudillos pero no recibí respuesta. Al abrir la puerta la escena que me encontré era asombrosa. Ernesto estaba sentado en su silla y su esposa a horcajadas sobre él, besándose desenfrenadamente mientras las manos del hombre sobaban aquel redondo culo embutido en unos ajustados jeans. Él abrió los ojos al verme.
    
    − Perdón - dije descolocado.
    
    − ¿Qué quieres? - preguntó el hombre en tono seco.
    
    − No,... solo devolver la llave...
    
    − Claro. Déjala ahí y cierra la ...
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