1. El Consuelo de mi Suegra


    Datte: 08/06/2019, Catégories: Inceste / Tabou Mature, Anal Auteur: AkuSokuZan, Source: xHamster

    ... aquella inmensa estantería repleta de libros sin saber por dónde empezar.
    
    − Estoy un poco perdido, la verdad. - dije
    
    − ¿Quieres que te ayude?
    
    En ese momento apoyó sus tetas en mi espalda de una forma provocadora, pero yo no rechistaba, como si realmente no tuviera a aquel pibón pegado detrás de mí. Podía notar su calor, su olor y todo su cuerpo adherido a mi espalda.
    
    − Déjame que te aconseje ese de ahí arriba.
    
    Puso su cara pegada a la mía con la intención de señalarme un libro entre miles. Podía notar el calor de su carrillo izquierdo contra mi derecho, esa tersura de su piel, hasta el olor de su pintalabios muy cerca de mi boca. Aquello era demasiado. Mi polla seguía creciendo inconmensurable bajo mi pantalón.
    
    − No sé cual me comentas. - dije sin apartar mi cara de la suya.
    
    − Allí arriba, ¿no lo ves? - añadió pegando aún más su cara a la mía y sus tetas a mi espalda. Podía notar su pelvis pegada a mi culo y sus muslos entrelazados con los míos. ¡Dios!
    
    − No sé cual. - respondí nervioso y excitado, embriagado con el olor de aquella mujer.
    
    − Ese: “Prácticas enológicas”
    
    Señaló uno de la tercera estantería y a continuación empujó una de las sillas hasta ponerla justo enfrente de la fila de libros que me había indicado.
    
    − ¡Ven ayúdame! - me dijo sosteniendo mi mano y alzando uno de sus pies hasta la silla.
    
    Esa pose, con su largo tacón sobre la silla y el otro en el suelo, era una invitación al paraíso del pecado. La imagen de ver sus piernas ...
    ... abiertas con aquellos jeans tan ceñidos, era algo que impactaba de lleno. Esa mujer era una provocación continua. Mis ojos fueron subiendo desde sus pies hasta sus pantorrillas, subiendo por los muslos hasta llegar a su entrepierna, donde se podía ver que los vaqueros se hundían ligeramente marcando su rajita. Mi polla dio otro de sus avisos. ¡Joder como me ponía mi suegra!
    
    Se ubicó encima de la silla ayudado con mi mano, girando lentamente para ofrecerme un show de su cuerpo subido en un pedestal, donde sin duda debía estar aquella bellísima señora. En esa ocasión podía ver toda su figura desde abajo, sus piernas al completo y especialmente su redondo culo. Se sostuvo agarrada a mi mano tambaleante hasta que protestó.
    
    − ¡Sostenme, hombre!... No quisiera matarme.
    
    Mis manos se aferraron a sus pantorrillas viendo como los tacones estaban inseguros y tambaleantes sobre la silla.
    
    − Agárrame más arriba o me caeré. - ordenó.
    
    Subí las manos hasta sostener sus robustos muslos por encima de la rodilla, pero ella seguía estirándose sin poder alcanzar el libro deseado y yo temía que se cayera, por lo que subí mis manos más arriba, hasta casi el comienzo de su culo.
    
    − Empújame un poco, que casi llego. - me animó.
    
    La única forma de ayudarla era poniendo las manos sobre su grandioso culo y tras unos segundos de indecisión por mi parte, me lancé a empujar esa maravilla de trasero.
    
    − Así mejor. - dijo sonriéndome desde allá arriba.
    
    No sé cuánto tiempo transcurrió, ni ...
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