1. Anoche soñé contigo - Primera parte


    Datte: 18/10/2019, Catégories: Voyeur / Exhib / Nudisme Masturbation Première fois Auteur: Arandirelatos, Source: xHamster

    ... a alguien para que haga la limpieza de la casa.
    
    Toto no hallaba el menor interés en lo que le contaba su amigo, así que el otro continuó tratándole de contagiar su emoción.
    
    —¡Es una chica bien sabrosa!
    
    Poco después, cuando Quique se la describió, a Toto se le tonificó el cuerpo de inmediato, nomás de imaginársela. Aunque no tuvo que esperar demasiado para verla con sus propios ojos, pues:
    
    —La instalaron en el cuarto de la azotea. ¡Va a vivir con nosotros desde esta noche! —le dijo Quique.
    
    Según éste, como la chica venía de
    
    Coatzacoalcos, Veracruz
    
    ; y no tenía ni familia ni conocidos en la Ciudad; los padres de Quique le darían alojamiento y comida, además de su sueldo.
    
    Ni tardo ni perezoso, al ver dónde la instalarían, a Quique se le ocurrió una idea:
    
    “Mira, le tomé estos binoculares a mi papá”, le dijo a Toto. “Si nos subimos a la azotea de tu casa, seguro que desde ahí la podemos ver. El cuarto de
    
    Chabela
    
    tiene una única ventana que justo da a este lado, ¡y aún no le han puesto cortinas!”, dijo Quique muy emocionado, exponiendo la gran idea que se le había ocurrido.
    
    —Va, me late —dijo Toto, y ambos subieron a la azotea.
    
    El panorama no podría ser más suculento para el par de jóvenes ...
    ... jariosos: La chica de piel morena; bien ensanchada en sus femeninas partes, y notablemente joven, se desprendía de los prendedores que habían sujetado su cabello, iniciando así el ritual del desvestimiento que a todas luces realizaría.
    
    Quique tragó saliva evidenciando su sentir. Se moría de ansias por ver lo que seguiría, sin embargo tuvo que cederle los gemelos a Toto, como buen amigo que era. Éste vio así, con sus propios ojos, a la voluptuosa chica mientras desabotonaba su blusa floreada. Esto dejó al descubierto su sostén de amplias copas.
    
    Cuando la chamaca comenzaba a desabotonarse su falda, Quique le pidió de vuelta los prismáticos.
    
    —¡Presta! —dijo Quique.
    
    Toto tuvo que retornárselos.
    
    Chabela bajó con cierto esfuerzo su ceñida falda, pues sus caderas eran evidentemente grandes.
    
    Al ver así a aquella hembra, puramente en prendas menores, Quique sintió una repentina erección. La chica no era mucho mayor que ellos, y aquello era mejor que mirar las revistas porno-eróticas del puesto de Don Cuco.
    
    No mucho después, la joven ya se ponía la bata de dormir y apagaba la luz de su cuarto.
    
    Los chicos se miraron y se sonrieron, bien sabían que esa no sería la única vez que espiaran a esa chica.
    
    Continuará... 
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